miércoles, 7 de junio de 2023

Paper: Respuesta del Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Mujeres Postivas ante el COVID-19

junio 07, 2023 0


Respuesta del Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Mujeres Postivas ante el COVID-19, análisis de las soluciones como ofensivas modernizadoras desde abajo

Magdalena Provis Ramírez
Diciembre, 2020
Panamá

Índice
Respuesta a personas que viven con VIH en tiempos de COVID-19 p. 5
Estrategia del MM+ p. 8
Lo privado y público p. 11
Acuerdos internacionales que estructuran la respuesta al VIH con enfoque de género p. 13


A través de este trabajo se pretende analizar la respuesta articulada del Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Mujeres Postivas (MM+), junto a instuciones públicas, en la respuesta temprana al COVID-19 y ante las necesidades específicas de mujeres viviendo con VIH, como una importante ofensiva modernizadora desde abajo (Wagner 1997). Se analizará así la coordinación entre países que realizó este movimiento, tomando en cuenta cómo la respuesta de entes privados a cuestiones públicas facilitó la entrega de medicamentos, de atención psicológica, y de alimentos a personas viviendo con VIH, y en coordinación con los Ministerios de Salud de diversos países de América Latina y el Caribe.

Este análisis se da desde la perspectiva de los actores que componen las diversas instituciones, tanto públicas como privadas, dando una mirada a los entramados específicos que dieron pie a una respuesta en red, innovadora y eficaz en el fondo y en la forma. Cabe destacar que este movimiento comunitario logró coordinar a actores gubernamentales, de las Naciones Unidas, y organizaciones de la sociedad civil en respuesta temprana al COVID-19. Además, vale la pena resaltar que los actores que componen el entramado de la respuesta al VIH en la Region tienen una caracterísitica particular, ya que es reconocido que las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en VIH (y que además están compuestas por personas que viven con VIH) están dotadas de un poder y espacio significativo, dado que la respuesta “entre pares” es una de las estrategias más eficientes de soluciones y para la prevención ante VIH (ONUSIDA, 2019). Así, las organizaciones se validan entre ellas, se respetan y acuden en ayuda inmediata, destacándose la solidaridad entre las mujeres que viven con VIH.

Es así que el presente trabajo intentará evidenciar que la estructura estatal de los países de América Latina y el Caribe no estaba dando respuesta a las necesidades de las comunidades viviendo con VIH en el contexto pandemia de COVID-19; entonces, la respuesta de este movimiento feminista fue una respuesta desde abajo, que llegó donde el Estado no tuvo capacidad de llegar. El poder articulador de las organizaciones de mujeres, feministas, y activistas por los derechos humanos de las mujeres que viven con VIH, tiene una gran capacidad que estructuró una respuesta robusta en los primeros meses de la pandemia de COVID-19.

Respuesta a personas que viven con VIH en tiempos de COVID-19

El Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Mujeres Positivas (MLCM+), nació el 1 de enero 1999, en Bogotá, Colombia con motivo del Primer Encuentro Latinoamericano y del Caribe de mujeres que viven y conviven con VIH. Se consolida desde sus inicios con identidad regional propia, como colectivo de mujeres latinoamericanas y caribeñas que comparten la condición de vivir y convivir con VIH y que además tienen necesidades específicas como mujeres positivas (MM+, 2000). Este movimiento trabaja por el cumplimiento “del acceso universal a la salud y el acceso pleno a los derechos de todas las personas” (MM+, 2000).

Los movimientos de mujeres y feministas han tenido un rol fundamental para dar respuesta a necesidades básicas de las mujeres (Domingues, 1999). “Desde los inicios de la modernidad, mujeres feministas conformaron nuevas subjetividades colectivas (Domingues, 1999) constituyéndose en una importante ofensiva modernizadora desde abajo (Wagner, 1997) […] Desde posiciones de menor poder y en sucesivas olas lograron cuestionar las concepciones de género”. (Hipertexto PRIGEPP Políticas, 2020, 2.2.2)

Cuando hablamos de “ofensivas modernizadoras desde abajo” se toma como base la definición de Wagner (1997) y la de Guzman (2002). Así, como señala Wagner “Las ofensivas modernizadoras desde abajo son movimientos de oposición para defender a los grupos frente a los efectos de limitación y exclusión que aquellas modernizaciones llevan consigo” (Wagner, 1997). Siguiendo con la comprensión de esta enunciación, encontramos en Guzmán otro sindicado importante, “Las ofensivas modernizadoras desde abajo son los movimientos de oposición que buscan defender a los grupos de los efectos de exclusión que las ofensivas modernizadoras desde arriba llevan consigo” (Guzmán, 2002).

La respuesta del MM+ se considera modernizadora porque ayuda a que las mujeres con VIH sean parte de las respuestas, accedan a los servicios de salud, no queden fuera de la protección social estatal ni las transferencias monetarias. Sin ellas, las mujeres quedarían fuera de la respuesta al VIH, ya que el mayor número de transmisión por este virus se localiza en los hombres que tienen sexo con hombres (HSH), y las mujeres han sido excluídas muchas veces a condición de no ser el grupo de población con mayor prevalencia. Sin embargo, para esa lógica, se excluyen las distintas desigualdades y vulnerabilidades a las que están expuestas las mujeres, las diferencias de acceso a oportunidades, de acceso a la salud, y la vulnerabilidad ante la violencia que las expone a infectarse con VIH. Más abajo se profundiza aquello en el abordaje de la Plataforma de Acción de Beijing+25 (ONU, 1995) que considera estas premisas.

Articulando fuerzas con agencias de la cooperación internacional como ONUSIDA, ONU MUJERES, UNFPA, alcanzaron notoriedad y apoyo financiero para llevar a cabo su estrategia. Respaldándose de esas entidades, los y las jefes de los Programas Nacionales de VIH no pudieron obviar las demandas que ellas realizaban.

De esa manera, en la reunión sostenida el 26 de agosto de 2020, jefes de programas Nacionales de VIH participaban en discusiones online acerca de la respuesta que necesitan las personas viviendo con VIH ante la pandemia de COVID-19. Es así como la articulación con el aparataje estatal a través de actores clave, se muestra como decisora para este movimiento no sólo en lo discursivo, sino que también en sus esfuerzos por llegar a actores con gran influencia en dicha respuesta.

Por su parte, Guzmán (Hipertexto PRIGEPP, 2020) destaca que se constituyen redes complejas, con “niveles de interacción tanto horizontal (actores de un mismo nivel gubernamental) como vertical (relaciones entre actores que operan a nivel interestatal, estatal, subestatal y local) y que, en conjunto, conforma los espacios de interacción, cuyas fronteras son fluidas” (Hipertexto PRIGEPP Políticas, 2020, 1.3.1)

Estrategia del MM+

A comienzos de abril el MM+ a fin de dar respuesta en el marco de la pandemia del COVID-19, lanzó un plan de acciones para asegurar a las personas que viven con VIH –en especial a las mujeres que viven con VIH– el acceso a sus medicamentos, a sus consultas médicas, contención emocional, y alimentación.

De esta manera, con la Estrategia del plan de contingencia Covid-19 VIH/SIDA en América Latina y el Caribe MM+ (MM+, 2020) se dió inicio a acciones que movilizaron a más de 17 países, 900 voluntarios/as, y respuesta a más de 4000 solicitudes de ayuda.

En ese mismo momento, ONUSIDA (2020) para América Latina y el Caribe lanzaba resultados de una encuesta en línea a 2300 regional sobre las necesidades de las comunidades que viven con VIH. Allí, se pueden encontrar los siguientes hallazgos: “7 de cada 10 encuestados no tenían suficientes medicamentos antirretrovirales para un confinamiento de más de 60 días”. Resulta especialmente relevante que el temor a sufrir discriminación por vivir con VIH tuvo como resultado que “3 de cada 10 encuestados dejaran de acceder a los servicios en medio de los bloqueos o confinamiento”.

Ante esas necesidades el MM+ estructuró el antes citado plan para evitar que las personas con VIH abandonaran el tratamiento antirretroviral, así como un retroceso en los procesos de indetectibilidad, y las consecuencias en la salud mental que aquello conlleva en quienes viven con VIH. Este plan se considera entonces una ofensiva modernizadora desde abajo porque la articulación surgió primero desde un espacio de la sociedad civil, con poder de acción a nivel comunitario, pero sin poder de acción a nivel institucional del Estado. Sin embargo, la respuesta que el MM+ brindó se trató de servicios de salud esenciales, que además tuvo que ser coordinada con autoridades locales, ya que –por ejemplo–para la coordinación de citas médicas con los hospitales, la coordinación con los Programas Naciones de VIH fue vital.

Cabe destacar, de esta manera, que estas acciones no van en la línea de robustecer la respuesta institucional al VIH, sino que más bien se trata de una medida de urgencia. Aquello, se podría circunscribir dentro del concepto del “problem solving” (Guzmán, 2020) ya que:

“el objeto de las políticas es la resolución de problemas sin dar cuenta de la complejidad que tiene la resolución de ellos. En los hechos, la ciencia política y el estudio de las políticas públicas muestran que los problemas son resueltos por las actores sociales y públicos a través de sus estrategias y de la gestión de conflictos, pero sobre todo gracias al aprendizaje adquirido en el proceso de la acción pública” (Hipertexto PRIGEPP Políticas, 2020, 1.2.1).

Tal como lo establece el análisis de ONUSIDA (2020b), las acciones de los Ministerios de Salud de la región se vieron volcadas a responder a la crisis dada por el COVID-19, dejando muchas veces de lado las atenciones a las personas que viven con VIH. Por otro lado, ONUSIDA en su comunicado de prensa “Las lecciones aprendidas de la respuesta al VIH: ONUSIDA advierte de todos los peligros que conlleva el no respetar los derechos humanos en la respuesta a la COVID-19” (2020a) publicado el 27 de agosto de 2020, pone de ejemplo buenas prácticas llevadas a cabo por los Estados. A continuación, se citan algunos ejemplos: “Argentina y Jamaica implementaron líneas telefónicas de ayuda para que las personas mayores llamen para ayudar a acceder a alimentos, medicamentos y otros suministros esenciales. Los gobiernos de Chile, Colombia, El Salvador, Jamaica y Perú han declarado que las empresas de agua no pueden suspender los servicios de las personas por falta de pago de facturas. Argentina, partes de Brasil, Colombia, El Salvador y Perú están trabajando para ampliar sus suministros de agua, por ejemplo, distribuyendo agua a través de camiones cisterna u ofreciendo asistencia financiera para ayudar a las personas a pagar sus facturas de agua.”

Es así, que la respuesta al VIH –como se puede ver– no estaba ni está ahora dentro de las prioridaes. Por lo que, por parte de las actoras de la sociedad civil, la respuesta evolucionó desde la prevención y la abogacía, hacía la ayuda humanitaria.

Lo privado y público

En este sentido, cabe preguntarse también cómo estas necesidades que ocurren en el ámbito privado son también problemas de resolución en el ámbito público. Sin embargo, al no encontrarse respuesta en el Estado, vuelven a ser respondidas por entes privados como ONGs de mujeres, que cuidan a otras mujeres. En suma, se puede tomar lo dicho por Guzmán (hipertexto, 2020), sobre lo político de una acción para el espacio privado:

“La asignación prioritaria de las mujeres al trabajo doméstico y de cuidado tiene consecuencias sobre su ciudadanía social y política […] lo que sucede en la esfera privada tiene implicaciones políticas en los espacios públicos y la politización* del espacio privado contribuye directamente a democratizar lo público”. (Hipertexto PRIGEPP Políticas, 2020, 4. 4.2)

Desafíos enfrentados

Los comienzos de la pandemia del VIH se concentraron en hombres que tienen sexo con hombres, dado que fue la mayor prevalencia -y aún lo es- de esa pandemia. Es así como para las mujeres es especialmente dificil abrirse camino, y que se consideren las particularidades, y desigualdades que se suman cuando una mujer vive con VIH.

“Durante décadas, las organizaciones de mujeres han estado al frente de la respuesta al sida […] Estas organizaciones y las comunidades a las que sirven deben seguir siendo el centro de la respuesta al sida. Si ello sucede y se hacen también realidad los compromisos de la Declaración de Pekín y la Plataforma de Acción, el mundo será capaz de poner fin a la epidemia de sida como amenaza para la salud mundial”. (ONUSIDA, 2020b)

De esa manera, es preciso destacar lo que dice Surel (2008):

[…] las políticas públicas adoptadas alrededor del sida, que la definición misma de la enfermedad no es unívoca, que esta no es producida simplemente por los descubrimientos científicos, sino que depende de la estructuración del sistema de actores. Para él, en efecto, “es la mezcla progresivamente construida de hechos técnicos y clínicos, de la demanda social y de las respuestas públicas que están en el origen de la singularidad del sida. (1993, p. 18).” (Surel, 2008, p 46).

Acuerdos internacionales que estructuran la respuesta al VIH con enfoque de género

Los acuerdos internacionales son fundamentales para las comunidades a la hora de ejercer presión. El compromiso con la respuesta basada en derechos humanos requiere de la valentía para enfrentar a los Gobiernos que muchas veces no respetan derechos humanos, pero que a la vez son quienes podrían otorgar financiamiento a través de la contratación social. Vale decir, las ONGs de mujeres y feministas en la lucha por la prevención del VIH, y el respeto de los derechos humanos de las personas que viven con VIH, deben tomar acciones ante una realidad compleja y muchas veces con la falta de recursos. Estas acciones coordinadas, en este caso específico, fueron llevadas a cabo en la reunión antes citada del Grupo de Cooperación Técnica Horizontal, liderado por la Viceministra de Salud de Costa Rica, donde se reunieron el 26 de agosto de 2020, todos los jefes de Programas Nacionales de VIH, organismos internacionales y sociedad civil, a discutir sobre las necesidades de las personas que viven con VIH, y las poblaciones clave.

Estas necesidades de las comunidades fueron representadas en los marcos internacionales. Es así como Estrategia de Montevideo para la Implementación de la Agenda Regional de Género en el Marco del Desarrollo Sostenible hacia 2030, adoptada por los países en la CEPAL en 2017 (CEPAL, 2017), recoge el necesario cruce entre género y VIH. En la agenda de género para América Latina y el Caribe se ven los acuerdos en esta materia, como por ejemplo” Derechos sexuales y reproductivos con relación a: información y educación sexual integral; servicios de aborto seguros y de calidad, […]infecciones de transmisión sexual y VIH/SIDA” (CEPAL, 2017, p. 10)

También, la plataforma de acción de Beijing, “el programa más visionario para el empoderamiento de las mujeres y las niñas en todo el mundo. Creada en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing” (ONU, 1995) recoge esta necesidad: en su Objetivo estratégico 3, que pide a los Estados “Tomar iniciativas en que se tenga en cuenta el género para hacer frente a las enfermedades de transmisión sexual, el VIH/SIDA y otras cuestiones de salud sexual y reproductiva”, así como a “Reconocer el alcance de la pandemia del VIH/SIDA en sus países, teniendo en cuenta en especial su repercusión en las mujeres” (Plataforma de acción de Bejing, 1995, p79).

Otro marco relevante para el interés global es la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (ONU, 2015). En el Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 “Asegurar una vida saludable” se incluye el compromiso de los Estados por acabar con el sida al 2030 (objetivo 3.3).

Así, se puede concluir que este movimiento, a través de una estrategia modernizadoras desde abajo, logró tener espacios en la agenda de la salud pública en la región, dando ayuda a queines más lo necesitaban cuando comenzó la pandemia de COVID-19, y llegando a las mujeres que viven con VIH muchas veces olvidadas por la respuesta al sida.


Referencias:

CEPAL. (2017). Estrategia de Montevideo para la Implementación de la Agenda Regional de Género en el Marco del Desarrollo Sostenible hacia 2030. Santiago de Chile, Chile: CEPAL, Naciones Unidas.

Guzmán, V. (2002). Las relaciones de género en el mundo global. Santiago de Chile: CEPAL.

Guzmán, V. (2020). Análisis comparado de legislación, políticas públicas e instituciones orientadas hacia el logro de la equidad de género. [Hipertexto]. Recuperado del Programa Regional de Formación en Género y Políticas Públicas (PRIGEPP). http://prigepp.org

MLCM+ (2000) Misión y visión del Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Mujeres Positivas. Documento en Power Point no publicado, , enviado por el MLCM+ vía correo electrónico a la autora.

MLCM+, 2020 Estrategia Del Plan De Contingencia Covid-19 VIH/Sida En América Latina Y El Caribe MLCM+, Documento en Word no publicado, enviado por el MLCM+ vía correo electrónico a la autora.

Naciones Unidas (1995) Plataforma de acción de Beijing, 1995. Estados miembros de las Naciones Unidas. Recuperado en: https://lac.unwomen.org/es/noticias-y-eventos/en-la-mira/beijing-plus-25

Naciones Unidas (2015). Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Estados miembros de las Naciones Unidas. Recuperado en: https://www.un.org/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/RES/70/1&Lang=S

ONUSIDA (2019) Las comunidades marcan la diferencia. Recuperado en https://www.unaids.org/es/resources/documents/2019/world-aids-day-2019-communities-make-the-difference

ONUSIDA (27 de agosto de 2020). Las lecciones aprendidas de la respuesta al VIH: ONUSIDA advierte de todos los peligros que conlleva el no respetar los derechos humanos en la respuesta a la COVID-19. Recuperado en: https://www.unaids.org/es/resources/presscentre/pressreleaseandstatementarchive/2020/august/20200827_rights-in-a-pandemic

ONUSIDA (2020b) Datos destacables: cero discriminaciones relacionadas con el vih contra las mujeres y las niñas. Recuperado en http://onusidalac.org/1/images/2020_ZeroDiscrimination_spotlight_es.pdf

ONUSIDA (2020c) Cero discriminaciones relacionadas con el VIH contra las mujeres y las niñas. Recuperado en: http://onusidalac.org/1/images/2020_ZeroDiscrimination_spotlight_es.pdf

Surel, Y. (2008). Las políticas públicas como paradigmas. Estudios Políticos, 33, 41-65